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Causas Remotas

domingo, 28 de agosto de 2022

Signos artificiales y formas naturales


Lo que sigue es un fragmento del libro "El gusto por la belleza" escrito por el catedrático de Zoología Michael J. Ryan:

"Sabemos que el sistema visual de otros animales es más sensible y reacciona de maneras distintas con ciertas figuras. En un experimento clásico realizado por el neuroetólogo Jörg-Peter Ewert, los sapos embestían contra una simple línea horizontal, que parecía un gusano pasando ante ellos, pero encogían la cabeza de miedo cuando se colocaba la misma línea en posición vertical, lo que se asemejaba a una serpiente dispuesta a atacar. Estudios complementarios esclarecieron que el cableado del sistema visual suscitaba estos comportamientos diferentes. David Hubel y Torsten Wiesel  elevaron el nivel del estudio del reconocimiento visual de patrones, por lo que fueron galardonados con el premio Nobel en 1981. Sus estudios del sistema visual de los gatos comenzó con la demostración de que células individuales del cerebro responden ante contornos con una orientación determinada. Una ventaja específica del sistema de reconocimiento de patrones de los gatos es que los hace muy sensibles a los bordes, lo cual los ayuda a evitar caídas desde grandes alturas. Estos y muchos otros estudios de la capacidad visual demuestran que, igual que la retina no tiene la misma sensibilidad para todas las longitudes de onda, el sistema visual no es igual de sensible con todos los patrones. 

Partiremos del supuesto de que todos los animales, nosotros incluidos, acaban siendo sensibles a patrones de la naturaleza con trascendencia biológica, esos que ejercen alguna influencia en nuestra eficacia biológica. Ahora mismo tú estás mirando uno de los patrones más importantes que debemos reconocer los humanos: las formas de las letras que usamos en el lenguaje escrito. Pero la escritura apareció bastante tarde dentro de la historia humana. ¿Significa esto que la sensibilidad del cerebro ante patrones visuales no puede estar sesgada hacia la forma de las letras? No necesariamente. Changizi y sus colaboradores esgrimieron que la forma de las letras tuvo que idearse a partir de patrones muy comunes en el panorama visual, puesto que esos son los patrones hacia los que el cerebro debería mostrarse más sensible. Cuando estos investigadores analizaron el alfabeto de numerosas lenguas, descubrieron que no se han usado todas las formas posibles para las letras, y que algunas figuras se usan más que otras. Las más utilizadas como la T mayúscula o minúscula, abundan en el entorno natural que nos rodea. De hecho, la media de trazos por letra en los noventa y tres sistemas de escritura analizados asciende a tres, lo que se acerca mucho al promedio en el panorama visual natural. Lo mismo daba que el sistema tuviera diez letras (como, por ejemplo, el del pueblo mangyan, el gurhmiki o el árabe) o más de 150 letras (como las lenguas ná-dené o el sistema fonético internacional). En caso de necesidad, los idiomas añaden otros tipos de trazos para formar letras nuevas, en lugar de añadir más trazos a cada letra. Pero lo más sorprendente es que cuando los estudiosos compararon en una gráfica la aparición de diecinueve estructuras en los signos visuales humanos con la frecuencia de patrones similares en la naturaleza, la correspondencia fue casi perfecta. Por ejemplo, la forma de las letras T y L son muy comunes tanto en los alfabetos como en la naturaleza, mientras que el asterisco (*) aparece menos tanto en los signos como en el entorno. Según Changizi, el sistema visual humano y las letras que vemos con él están ajustados entre sí, pero fue la cultura la que hizo que las letras concordaran con el cerebro visual, el cual ya estaba afinado para percibir el entorno natural en el que se movía".


https://www.casadellibro.com/libro-el-gusto-por-la-belleza/9788494886003/7491414

viernes, 21 de enero de 2022

Trofeo de Caza


La cola del pavo real consume muchos recursos energéticos para su desarrollo y soporte. Es fácilmente detectable por los depredadores debido a su gran tamaño y, si esto ocurre, su peso impide una locomoción eficaz a la hora de escapar. De acuerdo con la teoría de la selección natural, ¿No se supone que son preservados aquellos caracteres que aumenten la eficacia biológica de los individuos en términos de supervivencia? Teniendo en cuenta que exhibir el ornamento atrae a las hembras y ahuyenta a los otros machos rivales que las pretenden se deduce que si existe es porque, aunque compromete la supervivencia, sus beneficios en términos reproductivos son mayores. Parece plausible. Sin embargo, ¿por qué deberían preferir las hembras un rasgo que pone en jaque la supervivencia de su portador? ¿No sería contraproducente mezclar sus genes con los de un macho cuyo rasgo desventajoso pueden heredar sus descendientes?

El biólogo israelí Amotz Zahavi ofreció con su "Principio del Hándicap" una explicación acerca de la ventaja adaptativa que obtendrían las hembras al sentirse atraídas por estos rasgos:

Las hembras tendrían preferencia hacia las colas coloridas porque el coste de producción que suponen las convierten en indicadores honestos de la calidad de sus portadores. Es decir, un macho débil o enfermo no podría lucir un ornamento especialmente grande y llamativo. Y si pudiera no tendría opciones de escapar de los depredadores. Pero él sí.

Ha conseguido alimentarse lo suficiente como para desarrollarla hasta ese punto y eso implica por un lado aptitud y a la postre se traduce en un óptimo estado de salud. De ahí el alarde. El alarde es en este caso una forma de comunicación que revela de forma honesta la calidad subyacente del emisor porque así consta tanto en el diámetro como en el contraste cromático de su adorno.

Dicho de otro modo: El coste y riesgo que supone esta cola (Hándicap) es el orientador a partir del cual las hembras distinguen a los machos de calidad de aquellos que no lo son porque, en última instancia, aquellos que posean una calidad mayor pagarán un coste menor, y en consecuencia podrán permitirse desarrollar un adorno más grande y pesado: el certificado de la calidad de sus buenos genes que es lo que ellas quieren para sus descendientes.

Esta propuesta es aplicable a otros diseños y conductas extravagantes, comprometedoras y comúnmente masculinas que probablemente surgen fruto de los distintos intereses que suelen tener machos y hembras, una divergencia que puede dar lugar  a la evolución de señales engañosas tal y como a veces ocurre en interacciones comunicativas susceptibles también de ser discordantes (padres/crías) o incluso antagónicas (depredadores/presas o entre rivales):

"Si se topan con un estanque lleno de ranas verdes que croan, escuchen atentamente. Puede que algunas estén mintiendo. El croar es la manera que tienen las ranas verdes macho de indicar a otras ranas lo grandes que son. Cuanto mayor es el macho, más grave es el croar. El sonido que emite un gran macho es suficiente para espantar a otros machos y que no le desafíen por su territorio.

Aunque la mayoría de los cantos son sinceros, en ciertos casos no es así. Algunos machos pequeños dan un tono más grave a su voz para parecer más grandes. Sus corpulentos cantos intimidan a ranas que les vencerían en un combate limpio".

-Carl Zimmer

Ellas se benefician eligiendo al mejor pretendiente. Cada uno de los machos, por su parte, se beneficiará si emite una señal que indique a la hembra que él es el mejor pretendiente. Pero dicha señal no tiene porqué ser necesariamente honesta y las hembras necesitan garantías. El Hándicap, pues, sería un coste extra impuesto por la evaluación de las receptoras que aseguraría que las señales sean sinceras porque un emisor de baja calidad paga un precio muy alto por emitir señales intensas. Y a estas señales intensas se las conoce como  "Señales Honestas Costosas".

Existen una serie de requisitos específicos que toda señal debe reunir para ser considerada como tal:

1- La señal debe ser costosa para el comunicante.

2- El coste debe revelar la calidad fenotípica o subyacente del emisor.

3- La señal debe ser conspicua, llamativa, fácilmente captada por otros.

4- La señal u ostentación debe aumentar en última instancia las probabilidades de que el comunicante obtenga alguna ventaja o beneficio.

5- La señal debe indicar a los receptores información acerca del emisor que pueda beneficiarles.

6- La honestidad está garantizada cuando solamente los individuos de alta calidad pueden pagar los (altos) costos de señalización. 

Teniéndolos en cuenta, ya podemos pasar a la esfera de lo humano. Por ejemplo...

¿Por qué cazan tortugas los hombres Meriam?

Los Meriam son unos indígenas que habitan en las islas que salpican el Estrecho de Torres, Australia. Allí, las mujeres pescan sardinas, recolectan crustáceos o participan en la captura de tortugas cuando éstas se adentran en la costa para desovar. En cambio, los hombres realizan innecesariamente actividades más sacrificadas y difíciles de lograr a la hora de buscar alimento. Por ejemplo, dan caza a esas mismas tortugas en su propio medio, las aguas del océano, con todo lo que eso implica: inversión de dinero en combustible para los botes, tiempo en organizar la partida y en equipar al grupo antes de la caza, la posibilidad de regresar con las manos vacías, el peligro que acarrea para la propia integridad física el sumergirse en el mar para capturar tortugas que rondan las 200 libras. Anteponer esta actividad sobre otras opciones más fiables, seguras y productivas sugiere cuanto menos que adquirir alimento no es el único motivo por el cual la llevan a cabo.

Otra particularidad llamativa es que, pese a los esfuerzos asumidos, distribuyan la carne obtenida en festines públicos. Compartir presas grandes más allá de los parientes y esperar algo a cambio responde al altruismo recíproco. Pero no es el caso. Estos cazadores no son retribuidos materialmente ni tienen la expectativa de ser recompensados: regalan la carne.

Semejante comportamiento puede parecer desconcertante. No obstante, si en lugar de presuponer que responde al propósito de conseguir alimento se analiza como una forma de comunicación resulta del todo comprensible. La explicación sería la siguiente:

Dado que cazar tortugas en el mar es costoso y difícil, su éxito revela de forma honesta una serie de cualidades subyacentes: habilidad, audacia, fuerza, destreza, liderazgo...Cualidades que luego los cazadores transmiten en un medio eficaz como son los banquetes públicos puesto que atraen una gran audiencia, y el acto de prácticamente regalar las piezas cobradas indicaría la propia intención pro-social. Gracias a esto obtienen reputación (la gente de la comunidad coincide en señalar quienes son los mejores cazadores). Y la reputación trae beneficios: los mejores cazadores -es decir, los emisores de la más alta calidad fenotípica- tienen más aliados y más éxito sexual.  Además, las compañeras de los cazadores tienen mayor éxito reproductivo acumulativo que otras mujeres, lo que indica que las costosas señales les permitieron evaluar con precisión la calidad de la pareja.

En síntesis, la caza de tortugas realizada por los hombres cumple punto por punto con los criterios propios de una señal honesta costosa:

1- La señal es costosa para el comunicante.

En términos económicos, de tiempo, energía, organización y riesgos.

2- El coste  revela la calidad fenotípica o subyacente del emisor.

Conocimiento ambiental y etológico, asunción de riesgos, fortaleza y agilidad, liderazgo y habilidades organizativas y tendencias pro-sociales.

3- La señal es conspicua, llamativa, fácilmente captable por otros.

Entregar la carne en festines públicos sería un modo de ostentación (equivalente al despliegue de la cola del pavo real)

4- La señal u ostentación aumenta en última instancia las probabilidades de que el comunicante obtenga alguna ventaja o beneficio.

Los mejores cazadores tienen más y mejores parejas y aliados.

5- La señal indica a los receptores información acerca del emisor que pueda beneficiarles.

Las parejas de los cazadores tienen mayor éxito reproductivo acumulativo que otras mujeres.

6- La honestidad está garantizada cuando solamente los individuos de alta calidad pueden pagar los (altos) costos de señalización.

Según las investigaciones de Bliege Bird et ál. solo unos pocos hombres Meriam fueron capaces de acumular altas ganancias calóricas en relación con la cantidad de tiempo dedicado a la caza de tortugas (alcanzando un umbral medido en kcal/h).  



Referencias:

https://www.jstor.org/stable/10.1086/651074

https://royalsocietypublishing.org/doi/10.1098/rsos.191231

https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/evan.20005

https://www.researchgate.net/publication/228535623_Capitulo_13_SELECCION_SEXUAL

https://academic.oup.com/beheco/article/14/1/116/209182

https://pacotraver.wordpress.com/2012/12/30/la-teoria-del-handicap-y-la-epidemiologia-de-la-fe/

https://opinionesdegabriel.blogspot.com/2013/09/el-enigma-de-la-cola-del-pavo-real.html

https://link.springer.com/article/10.1007/s12110-004-1013-9

https://elpais.com/diario/2007/01/17/futuro/1168988401_850215.html

https://pennstate.pure.elsevier.com/en/publications/risk-and-reciprocity-in-meriam-food-sharing

https://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_de_se%C3%B1ales

https://www.zooportraits.com/es/comunicacion-animal-senalizacion/

https://mascvuex.unex.es/ebooks/sites/mascvuex.unex.es.mascvuex.ebooks/files/files/file/9788477232841.pdf


domingo, 10 de octubre de 2021

La evolución biológica de Mickey Mouse

 Sorprende comprobar hasta qué punto Mickey Mouse distaba en sus inicios del personaje cándido que conocemos hoy. En el cortometraje de «Steamboat Willie» (1928), por ejemplo, hay un momento en el que mantiene inmóvil a un gato pisándolo mientras reiterada y rítmicamente estira de su cola convirtiendo sus gritos en una melodía musical. Se trataba, pues, de un personaje gamberro y revoltoso que en ocasiones exhibía una veta de crueldad. Pero con el aumento de su fama, Disney terminó por verse forzado a suavizarlo debido a que los estudios comenzaban a recibir cartas procedentes de ciudadanos y organizaciones considerando que el personaje debía mostrar un comportamiento más correcto y formal.  

Stephen Jay Gould escribió sobre la evolución del personaje a partir de entonces. Señaló que no solo se modificó su personalidad sino que, adecuándose a esta, también cambió su físico. Sin embargo, afirmó no estar seguro de que dichas alteraciones en el aspecto de Mickey se hubieran realizado de forma consciente por parte de los dibujantes porque estas fueron surgiendo lenta y progresivamente con el transcurso de los años: los ojos se agrandaron y se situaron por debajo de la línea media horizontal del cráneo, que también se hizo más grande y abovedado; el hocico, si bien no se acortó realmente, sugirió una protusión decreciente al engrosarlo; brazos y piernas lucieron del mismo modo más cortas y regordetas (en el caso de las piernas se logró este efecto gracias también a que alargaron los pantalones del personaje cubriendo así sus piernas delgadas con una prenda abolsada)...En definitiva, el patrón visual de Mickey terminó ajustándose al de un niño. 


Un patrón visual que el zoológo austríaco Konrad Lorenz definió como «Kindchenschema» o Esquema del bebé y estaría, según este científico, diseñado para generar en el observador ternura, lo cual implica una motivación para brindar afecto, protección y cuidados. 


Varios estudios han apoyado la teoría de Lorenz posteriormente. El liderado por Morten L. Kringelbach, por ejemplo, demostró que la observación de rostros infantiles activa una zona cerebral que difiere de las implicadas en el procesamiento visual de caras adultas. Se trata concretamente de la Corteza Orbitofrontal. Está relacionada con el sistema de recompensas el cual involucra una sensación de placer que induce a la búsqueda de repetidas experiencias con el estímulo en cuestión que lo generó, en este caso, el Kindchenschema. Responde además muy rápidamente (en 130 milisegundos). —Cuando detectamos rostros de bebés los etiquetamos emocionalmente, y eso nos predispone a tratarlos de un modo especial– afirma Kringelbach –Estamos diseñados para que los retoños encabecen la lista de la información que procesa el cerebro, y por eso es tan difícil ignorarlos–.  

Melanie L. Glocker, por su parte, fotografió a una serie de bebés y pidió a unos participantes que calificaran el nivel de ternura que les provocaba. El resultado fue que las características de los rostros de bebés mejor cualificados poseían un «kindchenschema» más pronunciado que los peor cualificados, y generaban más activación en el núcleo accumbens, un área pequeña del cerebro central asociada también a la motivación y la recompensa.

Por otro lado, Borgi et. al (2014) encontró que desde edades muy tempranas –a partir de los tres años– nos sentimos atraídos por rostros infantiles y no solamente humanos sino también animales. 

Si a todo esto le sumamos los hallazgos que sugieren que los dibujos lineales y esquemáticos de rasgos infantiles provocan también ternura (Brooks & Hochberg 1960; Hueckstedt 1965; Sternglanz y col. 1977; Alley 1981; McKelvie 1993) parece clara la razón por la cual el escalonado diseño que fue alterando a Mickey terminó por hacer de él un personaje más atractivo (y apto para todos los públicos a diferencia de lo que ocurría al principio) al provocar subliminalmente un mayor nivel de apego en el espectador. Y es que, evolutivamente hablando, la ternura y estos estímulos inductores de la misma serían el resultado de una adaptación destinada a garantizar la supervivencia en especies como la nuestra cuyas crías nacen vulnerables y dependientes de los adultos. Disney, por lo tanto, capitalizó esta preferencia innata por los rasgos infantiles. Y no solamente mediante Mickey Mouse. Pinocho, Dumbo o Bambi también comparten estos rasgos. De hecho, Osamu Tezuka, más conocido como "el padre del manga", se basó en los atributos infantiles de Bambi para crear sus dibujos, estableciendo así los cánones de otros tantos personajes Mangaka posteriores (Doraemon, Pokémon, el estilo Kawaii). Y del mismo modo, el kindchenschema ha sido empleado también para diseñar videojuegos, juguetes, decorar pasteles y magdalenas...Incluso para crear determinados modelos de coche. Tiene por tanto gran relevancia cultural. 


Referencias:











domingo, 12 de septiembre de 2021

El remanente rojo

Una de las diversas funciones que cumple la coloración roja dentro del universo primate es la de revelar el estado reproductivo de una hembra. Aparece en ésta coincidiendo con su periodo fértil (el momento exacto y la región anatómica donde se manifiesta varía en función de la especie) y resulta atractiva para los machos.

En ocasiones se exhibe de forma llamativa como en el caso de babuinos, chimpancés o macacos, pero no siempre. En gibones o gorilas, por ejemplo, la vulva se enrojece ligeramente. 

Asimismo, los indicadores físicos que anuncian la ovulación de la mujer son prácticamente imperceptibles. Lo interesante, sin embargo, es que durante dicha fase el mismo desequilibrio hormonal que causa el enrojecimiento en otras especies primates también se produce en ella: 

La concentración de estrógenos sobrepasa a la de progesterona aumentando la irrigación sanguínea en los vasos más próximos a la piel, y debido a que la piel de los labios es particularmente fina, en éstos el fenómeno descrito es más «visible», mostrándose así más oscuros y rojizos de lo habitual. 

Digamos que al pintarse los labios la mujer está subrayando su rasgo de fertilidad.

Y éste es un «mensaje» que el hombre percibe y ante el cual inconscientemente responde:

"Un estudio publicado en el International Journal of Psychological Studies comprobó, en varios bares de Francia, cómo las chicas con los labios pintados de rojo recibían más atención por parte de los hombres allí presentes que aquellas que llevaban los labios rosas, marrones o nude."

Es lo que se conoce como «Estímulo Supranormal»:

El etólogo holandés Niko Tinbergen creó éste concepto a partir de los numerosos experimentos que realizó con distintos tipos de animales. Un ejemplo es el que llevó a cabo con peces espinosos macho. Quería averiguar qué rasgo disparaba en éstos la reacción de atacar a otros machos y cuál los impulsaba a cortejar a las hembras. Fabricó entonces unos modelos de cera. En cada uno emuló alguna característica propia de los peces espinosos pero ninguno las compartía todas. Los fue introduciendo en unos estanques y comprobó que el rojo que presentan los machos era el rasgo que provocaba la reacción de ataque mientras que en las hembras se trataba del vientre abombado lo que empujaba al macho espinoso a interpretar una especie de «danza» como forma de cortejo. Lo curioso es que, si el modelo en cuestión tenía un rojo más intenso y brillante que el ostentado por los machos naturalmente, el pez ignoraba a sus congéneres para atacar al macho artificial con más agresividad de la normal. Y del mismo modo se olvidaba de las hembras ante una réplica cuya tripa fuera más abultada que las reales. 

Al exagerar el estímulo al cual hay una tendencia a responder, dicha respuesta será en proporción también exagerada. Y a este fenómeno Tinbergen lo llamó «Estímulo Supranormal». No obstante, hay una incongruencia en el caso de los labios. Y es que si bien está demostrado que la piel de la mujer enrojece durante los días fértiles, este cambio no es lo suficiente pronunciado como para que el ojo humano lo detecte. 

Así lo probaron unos investigadores de las universidades de Cambridge y Northumbria (Reino Unido) en un estudio publicado en la revista PLoS One. —Pensábamos que el color de la piel de la cara podía ser una señal que anunciase la ovulación al exterior como ocurre en otros primates, pero este estudio prueba que el enrojecimiento facial no es percibido por la vista– admitió Hannah Rowland, directora del estudio. Por otro lado, también es cierto que los hombres encuentran más atractivas a las mujeres durante la fase fértil debido a microindicadores que sobre el papel deberían pasar desapercibidos. Así pues, todo en conjunto forma parte de un rompecabezas mucho más grande que da pié a futuras investigaciones. En cualquier caso, una hipótesis barajada es que quizá la coloración roja fuese una señal de fertilidad óptica en el pasado pero que, con el transcurso de la evolución, evidenciarla físicamente dejó de resultar beneficioso y por ello comenzó a perder visibilidad conforme se sucedieron las generaciones. 



Referencias

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/18954199/#:~:text=In%20many%20nonhuman%20primates%2C%20the,attractive%20and%20more%20sexually%20desirable.

https://scienceblogs.com/observations/2010/11/04/the-science-of-makeup

https://www.elcomercio.com/afull/labios-rojos-hombres-pareja-ciencia.html

https://theconversation.com/the-secret-to-ovulation-is-in-womens-faces-but-men-cant-see-it-44093

http://www.buhardillapodcast.com/tag/antropologia/

https://evolucionyneurociencias.blogspot.com/2012/11/estimulos-supernormales.html?m=1

Signos artificiales y formas naturales

Lo que sigue es un fragmento del libro "El gusto por la belleza" escrito por el catedrático de Zoología Michael J. Ryan: "Sab...